Letras viejas.
Sábado, 16 Diciembre 2006
Muérdete la lengua, que así sangra,
Muérdete la lengua, beberé tu sangre.
No la escupas, bébela conmigo;
Extirpa tus sensaciones,
erradica tu emoción.
Amargo, salado, dulce, café
Salado, Amargo, dulce...otra vez café.
Dulce, Salado...¿Amargo? de nuevo café.
Tu sangre, yo bebo tu sangre...¿ella me bebe a mí?
Bebes mi sangre, bebe café.
Sábado, 30 Diciembre 2006
¿Te quema la piel como si fueran brazas?
¿Acaso tus labios se hinchan de pasión?
Escupes fuego de la ira que te da, el no tocarme más.
Te esperan las estrellas, henchídas de ilusión,
Acaricias con tu blanca mano mi cabello, cada noche,
en cada ocasión.
¡Pero no puedes mas! No te es posible acercarte,
ni a robarme un dulce beso, ¡no!
Acércate un paso mas, y te corroes,
no soportas el asco que te da mi nueva piel.
Pero, ¡Míra! ¡Observa con detenimiento!
Que es de analizarse, es de sentirse;
Irradia pasión cada verbo despechado que tus dulces ojos niegan a mirarme.
¡Anda, huye una vez mas al cielo que tanto anhelas!
Yo, te estaré esperando.
Domingo, 28 Enero 2007
Ansia de sangre...
¿Acaso se esconde la lujuria?
Bajo tus brazos niña, bajo tu piel;
Bajo un suspiro, una mirada sin respuesta...
Tus labios incitan al Sol a derretir la nieve,
tu cabello erotiza al viento y lleva una esencia
de café, de especias...de tí.
Déjame ser quien te extienda los brazos al amanecer,
quien edifique un palacio, un templo a tu inmensa belleza.
Invocas ángeles y demonios a postrarse a tus pies,
hasta el más ario guerrero cae rendido a tu belleza, a tí.
[Sin fecha aparente]
Y descubrirte entre mis tristezas,
enredándolas, haciéndolas desaparecer.
Encontrarte cada mañana, en el aroma a café;
en el ruido de los árboles, en la brisa de la lluvia.
En el silencio de las noches, en el barullo de los instantes.
*
Y mis ojos, cual si fueran las alas de Ícaro hacia el Sol,
prendados quedaron de la bella mirada del único jóven al que yo podía mirar...
Acercándome, con cautela, dirigí mis pasos hacia donde él estaba.
Sin pensarlo dos veces me tomó en sus brazos, y yo no opuse resistencia alguna, pues esa era mi ilusión...
No hay comentarios.:
Publicar un comentario